Lesion de ligamento cruzado anterior y posterior de rodilla:

ligamentos rodilla

La estabilidad de la rodilla requiere del funcionamiento adecuado
de cuatro ligamentos o estabilizadores primarios: Ligamento cruzado anterior, cruzado posterior (LCP), colateral medial (LCM)
y colateral lateral (LCL), así como
de otros estabilizadores secundarios o accesorios de rodilla: los
meniscos, la banda iliotibial y el
bíceps femoral, los cuales son elementos compensadores de la estabilidad que
resultan muy importantes cuando los estabilizadores primarios se encuentran
lesionados.1
El LCM es el estabilizador estático primario contra el estrés del valgo de la
rodilla. El LCL es el estabilizador estático primario contra el estrés del varo de
la rodilla. El Ligamento cruzado anterior es el estabilizador estático primario contra la traslación anterior de la tibia con respecto al fémur. El Ligamento cruzado posterior es el estabilizador estático primario contra la traslación posterior de la tibia con respecto al fémur.1
Las lesiones ligamentarias de esta articulación ocurren durante actividades
atléticas de contacto o sin contacto, siendo el ligamento cruzado anterior el
más frecuentemente afectado; en Estados Unidos de Norteamérica se estima
que ocurren 80,000 lesiones por año.2
Los avances en el diagnóstico y tratamiento de estas lesiones permiten que
los atletas de todos los niveles puedan regresar a sus deportes y tener el nivel
de actividad que tenían antes de la lesión.2
Las lesiones ligamentarias son clasificadas de la siguiente manera: Grado 1,
estiramiento del ligamento sin presentar inestabilidad; grado 2, estiramiento
considerable con presencia de inestabilidad, pero con presencia de continuidad
de fibras; grado 3, ruptura completa del ligamento.1

La aplicación de una fuerza significativa sobre la rodilla produce una lesión multiligamentaria que casi siempre la luxa. Debido a que estas lesiones típicamente
son resultado de un mecanismo de alta energía, el cirujano que evalúa al paciente
debe sospechar la presencia de un trauma adicional, especialmente en los que
participa la extremidad inferior contralateral. Se ha estimado que aproximadamente el 0.01% o menos de todos los ingresos hospitalarios son por luxación de
rodilla.4
En las lesiones multiligamentarias de rodilla es frecuente que ocurran lesiones vasculares, por lo que es necesaria una evaluación intencionada de estas
estructuras;4
inclusive la arteria poplítea puede resultar seriamente lesionada,
poniendo en peligro la integridad física del paciente. La incidencia de esta lesión se ha reportado en 32 a 45% de los casos, con severidad que va desde el
desgarro de la íntima hasta su completa sección. Una lesión de la porción íntima de la arteria puede ser insidiosa y cursar con un retraso del compromiso
vascular, manifestándose en forma severa días después de la lesión, por lo
que este tipo de problemas debe ser asumido en todos los pacientes con rodilla
luxada hasta que se pruebe lo contrario por angiografía.5
La rodilla luxada habitualmente presenta una lesión de la mayoría de sus tejidos blandos estabilizadores, lo que tiene como consecuencia una inestabilidad
multidireccional. Cuando llega a reducirse espontáneamente antes de la evaluación médica, se puede clasificar de acuerdo con la dirección de inestabilidad.
La luxación anterior es la más frecuente, presentándose en 40% de los casos y
generalmente es ocasionada por un mecanismo de hiperextensión, mientras
que la luxación posterior se presenta en 33%, ocasionada por impactos de alta
energía aplicados sobre la rodilla. La luxación lateral o la medial son menos comunes y se presentan en 18 y 4%, respectivamente, con mecanismo de impacto violento sobre la rodilla en varo o valgo.5

La mayoría de las lesiones del Lesion de ligamento cruzado anterior asociadas a lesiones ligamentarias adicionales, distintas a lesiones del Ligamento cruzado posterior, son relacionadas con la práctica de deportes o caídas, siendo el fútbol soccer donde con mayor frecuencia ocurren.
Las lesiones del Ligamento cruzado anterior y posterior, asociadas a otras lesiones ligamentarias, que incluyan o
no lesiones del Lesion de ligamento cruzado anteior, se encuentran relacionadas principalmente con accidentes de tráfico o traumas directos causados por algún objeto sobre la rodilla. Un
retraso significativo entre las lesiones ligamentarias primarias y su reconstrucción, causa en el paciente una deformidad en varo de la rodilla afectada.6

Se ha descrito con detalle la reconstrucción del LCA y LPC. La inserción femoral y tibial de los ligamentos cruzados se identifica artroscópicamente. Los
túneles femorales para LCP son realizados para reproducir el haz anterolateral
del LCP nativo, mientras que los túneles para el LCA son realizados en el centro de sus inserciones anatómicas. En la lesión aguda de rodilla, una técnica
de túnel transtibial para la reconstrucción del LCP es más segura que la técnica de incrustación tibial. Esta técnica requiere una disección extensa de tejidos blandos y aumenta el riesgo de lesión vascular asociada con el abordaje
posterior.